viernes, 20 de septiembre de 2013

Relato autobiográfico sobre mi salud

Mi salud desde el día que nací

Hace 26 años que nací en Ourense, pesaba algo menos de 4 kilos y medía medio metro. Era un niño sano, salvo un pequeño contratiempo: tenía una afección asmática que me daba ataques muy de vez en cuando hasta las 6 ó 7 años, llegados a esa edad se me olvidó el inhalador por completo y realicé una vida completamente normal, ya que nunca me dió problemas de ningún tipo y menos en la escuela.


Decir también, que pasé las enfermedades típicas de la infancia como la varicela, me la contagiaron en la escuela, o las típicas caídas en el patio del colegio.

Toda la vida, comí en casa, nunca me quedé a comer en el comedor, por lo que en el colegio los hábitos saludables que aprendí eran los que nos enseñaba el profesor en el aula.

Recuerdo que en Educación Primaria, la mayoría de la clase esperaba con ganas el viernes por la tarde porque era fin de semana y porque era cuando realizábamos el enjuague bucal semanal, de esta manera en el colegio contribuían a nuestra higiene y salud.

Con lo que respecta a la higiene bucal, siempre me he cepillado los dientes después de cada comida 2 ó 3 minutos, y nunca he tenido problemas de ningún tipo, no me han tenido que poner ortodoncia, ni me han tenido que quitar ningún diente o muela.


Siempre fui un niño muy activo e inquieto, practico deporte desde los 5 años, al principio compaginaba natación, gimnasia y fútbol, para decantarme finalmente por el fútbol y por la gimnasia muy de vez en cuando. Aún a día de hoy, practico deporte 3 ó 4 veces a la semana.

El ser un niño tan inquieto tiene sus contras también, y es que me han tenido que dar puntos en varias ocasiones: ceja, barbilla, pierna, abdomen… algunas de esas lesiones fueron producidas en la guardería o en el colegio pero todas ellas sin ningún tipo de complicación.

Con respecto al sueño, siempre he llevado una vida estable y organizada, por lo que era raro que no durmiera mis 7 u 8 horas diarias durante los días académicos, lo cual me permitía estar activo y ser constante en el día a día.



Por suerte, nunca fui un niño que tuviera enfermedades, podía tener el típico catarro o costipado como todos, pero mis enfermedades nunca han ido más allá, creo que es debido a una buena alimentación. Desde pequeño en casa se me ha insistido en que el desayuno era la comida más importante del día, y siempre tomo un vaso de zumo y un vaso de leche acompañado de tostadas, cereales, bollería... A la hora de la comida siempre he llevado una dieta saludable, comiendo de todo menos verduras, repartiéndose a lo largo de la semana pescado, carne, hidratos de carbón... El postre en casa siempre ha sido fruta, 2 ó 3 piezas de fruta diarias, y repito, soy de buen diente, entonces no tengo problema en variar una fruta u otra.


En la adolescencia, solo recuerdo un pequeño problema cuando tenía 13 ó 14 años, me dolían mucho las rodillas por el crecimiento, y el médico me recomendó hierro para crecer, fue el único medicamento que he tomado en toda mi vida. Cuando tenía esta edad también tuve problemas de vista, me pusieron gafas por miopía y aún a día de hoy la tengo, ha aumentado desde la primera revisión pero lleva varios años estable.

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