Nací a las once de la noche el 25 de junio de 1993, en aquel
momento del parto la luz se fue en todo el hospital, por lo que nací a oscuras
y totalmente sana. De bebé mi lactancia no fue materna, ya que mi madre no tenía,
a pesar de eso no me faltaron nutrientes. En esta etapa me vino la varicela, no
tengo recuerdo de ello.
En mi etapa de infantil mi alimentación siempre fue buena,
comía de todo, mi peso era normal y mi estatura también. Era una niña tranquila,
alegre y sociable. Psicológicamente
nunca tuve ningún problema en esta etapa. En el colegio tampoco tuve ningún
problema. La única experiencia en esta etapa fue que un compañero de mesa me
pinchó un punzón en la oreja y me tuvieron que llevar corriendo a urgencias,
por suerte no fue nada grave. Al igual que muchos niños me asustaban las
vacunas.
En la etapa
de primaria mi estatura y peso siguió siendo normal, me diagnosticaron alergia
a los ácaros, al polvo y al polen. Donde más se reflejaba era en mi piel,
puesto que me salían ronchones rojos y granitos, empecé a utilizar muchas
cremas. Esta alergia me producía algo de asma y esto me influyó en el colegio,
dado que algunas actividades no podía realizarlas, o tenía que hacerlas a mi
ritmo. A pesar de eso, practicaba balonmano y mi alimentación era buena.
También tuve piojos que me contagiaron mis hermanas, y lo pasamos bastante mal.
En el colegio nos pusieron un par de
vacunas, que no recuerdo cuales fueran. Psicológicamente nunca tuve ninguna
alteración y socialmente tampoco tuve problemas.
En la etapa de la ESO mi alimentación ya no era tan buena,
dejé de comer verduras y hortalizas. Mi peso y estatura seguía siendo normal.
En esta etapa me diagnosticaron escoliosis, por lo que me volví a apuntar a
piscina para corregirlo, pero lo dejé y sigo con ello. El asma que tenía en
primaria me fue desapareciendo, pero la alergia fue aumentando. A los catorce
años me pusieron ortodoncia, lo pasé algo mal en el instituto, me costó el
cambio. Mi adolescencia en esta etapa fue normal.
En la etapa de bachillerato mi alimentación fue yendo a
mejor, empecé a comer más hortalizas y verduras. Mi peso y estatura siguió
normal. Gracias a mi profesora de música que al cantar me dijo que fuese al
foniatra que tenía algún problema en las cuerdas vocales, me diagnosticaron un
nódulo en las cuerdas vocales y rehabilitación durante un año, que aún tengo pendiente.
A los diecisiete años me sacaron las cuatro muelas del juicio, ya que no nacían
bien.
Desde que nací hasta el momento de hoy nunca estuve ingresada
en un hospital, nunca me operaron, tuve muchas gripes, infecciones de garganta
y gastroenteritis. Tampoco nunca tuve problemas psíquicos ni sociales.
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