La intervención se llevo a cabo mediante cesárea ya que era un bebé muy grande. Medí 53 cm y pesé 4 kg al nacer. Mi madre me dio el pecho hasta los siete meses, después empecé a tomar fruta, más tarde pescado y poco a poco carne y verduras.
Desde que nací tuve constantes infecciones de oídos y garganta, por lo que, al ver que estas eran muy reiteradas, decidieron operarme con seis años.
Me operaron de oídos para ponerme drenajes en ellos. También me extirparon las amígdalas y las vegetaciones. A partir de estas tres operaciones no volví a tener ningún proceso infeccioso destacable.
A partir de los 8 años empecé a ir a actividades deportivas como fútbol sala, gimnasia rítmica, esquí, hípica y natación sincronizada. Practiqué este deporte durante ocho años en el Club de natación sincronizada de Ourense.
Cuando cumplí los once años el dermatólogo me dijo que tenía la piel atópica y desde entonces siempre he tenido la piel muy sensible y eccemas de vez en cuando.
En esta etapa dejé de comer verduras hasta el día de hoy.
A los trece años me pusieron ortodoncia y no me la quitaron hasta los dieciséis. Cada mes, durante estos cuatro años tuve que ir al ortodoncista para hacerme revisiones.
Con quince años tuve anemia durante unos meses y tuve que tomar hierro durante este tiempo.
Cuando cumplí los diecisiete empecé a ver mal y tuve que ponerme gafas ya que tengo miopía e hipermetropía, que con los años han ido reduciéndose.
A los dieciocho años tuve varios quistes ováricos que, con el tiempo, se resolvieron por si solos.
El último problema de salud que tuve fue un virus en la piel, pitiriasis rosada de Gibert. Se trata de una erupción inflamatoria que puede darse por todo el cuerpo. Fue bastante doloroso y molesto pero se me curó en unos meses gracias a un tratamiento de corticoides.
Con todo esto, he tenido una buena salud a lo largo de estos años, salvando estos pequeños casos.
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